divina inocencia, lujuriosa experiencia

Ella dejó la puerta abierta, a él se le congelaron las piernas, las piernas y algo más.

Ella se desnudó y lo miró pícara. Él tosió e intentó mantener su vista fija.

Ella se acercó, él se alejó.

Ella se giró y se recostó sobre la cama con sonrisa amplia, él sudó y reculó con la cabeza gacha.

Ella era su dueña, él un simple perrito.

Divina inocencia, lujuriosa experiencia.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s

%d bloggers like this: