Al girar la cabeza lo vi y lo recordé. Flaherty’s cerraba y yo había llegado tarde a mi última pinta de Guinness, o no. La última cuenta pagada allí tras almorzar con un buen amigo había sido importante, quizás esa fue mi despedida.
A la memoria me llegan numerosas “noches perfectas” que comenzaron allí, alguna salida tras currar muy cerquita en los informativos de un conocido canal de televisión, e incluso una falsa noticia que tuve el placer de grabar y locutar como práctica para la facultad.
Muchas situaciones y todas acompañadas de una pinta, habrá quien diga cara, pero para mí el local tenía ese regusto irlandés que tanto me gusta y no me importaba pagarlo.
Good bye Flaherty’s! Sláinte!
¿Qué van a poner? ¿Otro Starbucks? XD
Hay varias teorías, y me suena más la que leí el otro día, LOS CIEN MONTADITOS, están al lado en un local pequeñito…